Descripción del caso.
Mi nombre es Victoria, soy natural de Barcelona y actualmente tengo treinta años.
Cuando tenia veintitrés años un dia empece a sentirme incapaz de vivir con normalidad. Acciones tan simples como salir de mi casa resultaban imposibles de cumplir. Mi vida se fue deteriorando hasta el punto de no salir de casa a no ser que me medicase intensamente y fuese acompañada. Tampoco podía estar sola en mi casa ya que en cualquier momento podía desatarse un ataque de pánico. Deje de trabajar, no podía salir a cenar, al cine, mi casa era el único sitio donde sentida una cierta seguridad. Paralelamente, se desarrollo una incapacidad para montarme en ascensores, coches resultando la vida cada vez más difícil. Con frecuencia sufría ataques de pánico y ansiedad al tiempo que me mantenía en una constante depresión.
Me diagnosticaron agorafobia muy grave. A lo largo de 6 años fui tratada por cuatro psiquiatras distintos que pusieron en marcha diferentes tratamientos con un resultado nulo, es mas cada vez me sentía peor además de las dependencias a medicamentos que acrecentaban mi malestar.
Muchas veces llegue a no querer seguir viviendo, ya que el sufrimiento se hacia insoportable. Pense muchas veces en el suicidio ya que no veía salida a mi problema y además de mi sufrimiento, hacia sufrir a todos los que estaban a mi alrededor. Mi vida se había quedado reducida a las cuatro paredes de mi habitación. La intensidad de la enfermedad, me impedía leer con normalidad o desarrollar cualquier tipo de actividad mental que supusiese concentración. Me pasaba el dia viendo la televisión y escuchando la radio, por las noches.
Una de esas noches de sábado que no podía conciliar el sueño descubrí un programa en la radio donde una paciente exponía su caso después de haberse curado completamente. Durante las siguientes cuatro semanas, los viernes por la noche a las dos y media de la madrugada, esperaba con una terrible impaciencia escuchar la voz de Miguel García Herrero que se convirtió para mí en una esperanza de vida.
Un dia después de haber oído cuatro programas me decidí a llamar y contar mi caso por antena, Miguel me respondió que podía curarme y decidí venir a Madrid con todo el esfuerzo que para mí suponía. Mis padres no daban crédito a sus oídos al escucharme semejante propuesta.
Un dia de finales de enero, Miguel me recibe en su consulta y me asegura que en un mes viéndole todos los días estaría curada. Nos transmitió tal seguridad que decidimos instalarnos en Madrid durante el mes de febrero con la intención de seguir al pie de la letra el tratamiento que Miguel me pondría.
Seguí de manera escrupulosa las consignas de Miguel y en el mes de marzo, como había dicho Miguel estaba en Barcelona y podía moverme con toda normalidad, viajando sola en avión y montando hasta en montaña rusa.
Gracias a Miguel hoy puedo decir después de un año que las sus palabras se cumplieron y mi vida ha cambiado totalmente, actualmente vivo y trabajo en Madrid donde he encontrado el amor y las ganas de vivir.
También tengo que agradecerle haber conocido a gente maravillosa que han pasado por experiencias similares y que hoy están curados y llenos de vida.
Tuve suerte al encontrar las palabras de Miguel.