El TOC es el trastorno de ansiedad unánimemente considerado el más invalidante y complejo. Suele iniciarse de forma gradual y puede llegar a ser verdaderamente incapacitante.
Aunque el abordaje terapéutico puede ser problemático en algunos casos, hoy en día los tratamientos cognitivos conductuales han demostrado una gran eficacia en la mejoría de los pacientes con TOC.
El tratamiento de elección es la exposición con prevención de respuesta (EPR). Resumiendo, esta técnica consiste en ir enfrentándose progresivamente a estímulos, pensamientos, imágenes o situaciones generadoras de ansiedad, evitando hacer la conducta neutralizadora (o compulsión).
De cara a la evolución del paciente, es importante integrar a la familia en el tratamiento siempre que se pueda, ya que suele ser una parte activa en el padecimiento del TOC.
Es esencial que la terapia esté dirigida por un psicólogo clínico especializado en el tratamiento de este trastorno que tenga conocimientos profundos de las técnicas avaladas científicamente.
Además de las técnicas ya mencionadas, en el tratamiento efectivo del TOC suelen dar muy buen resultado las terapias grupales. En ellas, el paciente deja de sentirse el incomprendido, el “bicho raro”, el único… pudiendo sentirse libre al compartir esos pensamientos irracionales que continuamente le asaltan a la mente y las compulsiones asociadas. En esta terapia pueden hablar todos el mismo idioma y es muy efectiva como complemento a la terapia individual.