Descripción del caso.
Mi mejor amigo es homosexual y siempre le he envidiado por ser feliz o al menos así le he considerado.
Yo sin embargo soy heterosexual y me he considerado, ahora gracias a Dios ya no, el ser más infortunado de la tierra. ¿Por qué? Voy a intentar explicarme.
Tenía novia. Me casé. Siempre me han gustado muchísimo las mujeres pero a veces me venia un pensamiento a la cabeza: ¿.Y si lo que a mi me gustan son los hombres? Seré homosexual? Estos pensamientos que me surgían de vez en cuando, llegaron a un punto que se hicieron constantes y me hacían sufrir hasta el infinito. Llegaron a un punto, que me impedían sentarme junto a un hombre, en un cine o en una cancha de baloncesto. Rehuía la más mínima aproximación. Me negaba a mi mismo el ir a una playa. ¿Y si miro a un hombre en bañador? ¿Que pensaré?. Todo eran preguntas, dudas que no me dejaban tranquilo. Jamás lo comenté con mi mujer, pero sí lo hice con mi amigo, el que sí era homosexual. El lo tomaba a broma y trataba de convencerme de que yo no lo era en absoluto y que podía estar tranquilo. Su argumento era de lo más convincente para una persona normal, pero no para mí que yo a mi mismo me consideraba anormal. El me decía:
“Mira, un homosexual, es igual que un heterosexual. No se plantea su identidad de sexo. Es feliz tal como es. Sabe que es homosexual. Tú sabes que eres heterosexual pero sufres porque te planteas ¿y si… me gustan los hombres? La duda. Siempre la duda no aceptada que es lo que te hace infeliz si fueses homosexual de verdad estarías contento de serlo. Tendrías tus problemas como todo el mundo los tiene. Yo no tengo duda alguna. Soy homosexual ¿Y qué? Y si fuese heterosexual, como lo eres tú, pues muy bien también. Feliz. Tu problema amigo es psicológico y es un profesional quien te lo tiene que resolver, pero en definitiva te dirá a su manera o con sus técnicas lo que te digo yo: que eres heterosexual y punto”.
Mi amigo tenía razón le hice caso y me puse en manos de un experto. Ya no me pregunto ¿Y si? o “a ver si”. Ahora soy tan feliz como lo es él. La diferencia es que a él le gustan los hombres a y mi las mujeres. A él le gusta el fútbol y a mi el baloncesto. Ah! ya puedo ir a la playa y disfrutar del mar…