El juego patológico es un trastorno del control de los impulsos, que se caracteriza por una frecuente y creciente preocupación por el juego de forma desadaptativa.
Las personas con este trastorno, tienen un comportamiento de juego persistente que altera su vida personal, familiar o profesional. Sienten una necesidad de jugar con cantidades cada vez mayores de dinero para conseguir el nivel de euforia deseado y se muestran muy irritables cuando no pueden jugar o intentan reducir estas conductas.
En algunas ocasiones se ha denominado a este trastorno “adicción no tóxica” , para distinguirlo de otras adicciones como el alcohol y otras drogas. El juego patológico tiene que distinguirse del juego social, que tiene lugar entre amigos, con pérdidas aceptables y una duración limitada y del juego profesional, como una forma de ganarse la vida donde la disciplina es primordial y los riesgos son limitados. En definitiva, se trata de un grave problema social que cada vez afecta a un mayor número de personas en nuestro país.