Distimia, cuando el desánimo se instala en la vida
La distimia se caracteriza por ser una forma de depresión crónica, menos grave que un trastorno depresivo mayor, pero más persistente. El principal síntoma es un estado de tristeza y desánimo continuos. Son característicos de este trastorno la desilusión, la apatía, el sentimiento de desesperanza, la poca capacidad para experimentar placer o felicidad y la baja autoestima. Los pacientes suelen describirse como deprimidos o desanimados “de toda la vida”.
Es importante no confundir un episodio de tristeza o abatimiento, que surge por circunstancias de la vida, con este trastorno. Para poder realizar un diagnóstico de distimia, el estado de ánimo crónicamente depresivo se ha tenido que manifestar durante al menos dos años seguidos y presentar al menos dos de los siguientes síntomas: pérdida o aumento de apetito, alteraciones del sueño, baja autoestima, falta de energía, dificultades de concentración o de toma de decisiones y sentimientos de desesperanza.
Caso clínico real.
Marcos, abogado de 30 años, acude a consulta porque se siente con un estado de ánimo bajo, apático y porque “su vida se le hace muy cuesta arriba”. Pide ayuda presionado por su familia y por su novia, porque cada vez se está aislando más socialmente y muestra bastante desinterés por lo que le rodea. Tenía previsto casarse en seis meses pero su pareja ha decidido aplazar la boda, ya que no le nota nada ilusionado con el proyecto.
Cumple con todas sus obligaciones y actividades cotidianas. Nunca ha faltado a su trabajo, pero siente que por su dificultad para concentrarse, rinde poco. Va al gimnasio semanalmente y tiene vida social, pero cada vez le cuesta más y su tendencia es a aislarse y a la inactividad los fines de semana.Considera que ha tenido una vida bastante estable, sin acontecimientos vitales significativos que le hayan podido alterar. Solo refiere el fallecimiento de su abuela, cuando él era adolescente, como una época muy negativa ya que estaba muy unido a ella.
Marcos se define a si mismo como una persona inteligente, pesimista, distante, trabajador y meticuloso pero con poca energía y motivación. Manifiesta tener sentimientos de abatimiento y tristeza desde hace años y siente que tiene poco que ofrecer a los demás. Se sorprende siempre que alguien le reconoce algún mérito o le hace algún halago.
Nunca ha tenido ideas de suicidio significativas, pero siente mucha desesperanza y “sensación de vacío”, cuando piensa en el futuro. Marcos refiere que le gustaría volver a sentir el placer o la energía que sentía cuando estudiaba la carrera.
Tratamiento de la distimia.
Casos como el de Marcos ilustran bien el trastorno. El problema a la hora de diagnosticarlo y tratarlo es que al ser crónico, la persona afectada suele tardar mucho tiempo en pedir ayuda. Muchos pacientes consideran que ese “sentirse triste” forma ya parte de sus vidas.
Es importante detectarlo y tratarlo a tiempo, para que no derive en otras complicaciones que comúnmente van asociadas a él, como son: el trastorno depresivo mayor, el abuso de alcohol y otras sustancias, tendencia a las somatizaciones, trastornos de ansiedad y comportamiento suicida.
El tratamiento más eficaz y mejor establecido actualmente es el que combina farmacoterapia con terapia psicológica, con muy buen pronóstico.
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